Vallejos Aranda, L. y Domínguez,
M. (2023). Las aulas hospitalarias durante la pandemia del COVID-19 en
Paraguay, 2021. Kuaapy Ayvu,
vol. 14 (núm. 14), pp. 13-42. INAES Publicaciones.
ISSN 2224-7408. CC
BY NC SA 4.0
___________________________________________
Recibido el 18/9/2023 -
Aceptado el 03/12/2023
Dossier: Inclusión en educación
Las aulas hospitalarias durante
la pandemia del COVID-19 en Paraguay, 2021[1]
Hospital schools
during the COVID-19 pandemic in Paraguay, 2021
Classes
hospitalares durante a pandemia de COVID-19 no Paraguai, 2021
Liz María Vallejos Aranda
Instituto
Nacional de Educación Superior:
Asunción, Paraguay
lizvallejos@inaesvirtual.edu.py
https://orcid.org/0000-0001-8935-139X
Mariela Domínguez
Ministerio
de Educación y Ciencias:
Asunción, Paraguay
https://orcid.org/0009-0004-0457-106X
Resumen
Con un enfoque cualicuantitativo,
el alcance de la investigación fue descriptivo, con el objetivo principal de:
«analizar los procesos pedagógicos en las aulas hospitalarias durante la
pandemia del COVID-19» La unidad de análisis estuvo conformada por 13 docentes
encargadas de las distintas aulas hospitalarias, distribuidos en siete
departamentos del Paraguay: Capital, Central, Itapúa, Misiones, Concepción,
Guairá y Paraguarí. Se utilizaron como instrumentos para la investigación a la
entrevista, la encuesta y el análisis documental, que fueron aplicados y
procesados entre marzo y mayo del 2021. Los principales hallazgos fueron una
notoria falta de recursos tecnológicos, diferentes necesidades de
infraestructura y de materiales didácticos; y, como factor principal, la
ausencia de formación especializada a los docentes.
Palabras clave
Aula hospitalaria, recursos tecnológicos, procesos
pedagógicos, prácticas educativas, docente
hospitalario.
Abstract
The research was conducted
within the framework of a master's thesis, with a qualitative-quantitative approach. Its scope was
descriptive, and the main objective of the research was: "To analyze the
pedagogical processes in hospital classrooms during the Covid-19
pandemic". The unit of analysis consisted of 13 teachers in charge of
different hospital classrooms, distributed in seven departments of the country:
Capital, Central, Itapúa, Misiones, Concepción, Guaira and Paraguarí. The
instruments used for the research were the interview, the survey and the
documentary analysis, which were applied and processed between March and May
2021. The main findings were the lack of technological resources, the different
needs of infrastructure and didactic materials, and above all the lack of
training for teachers.
Keywords
Hospital classroom,
technological resources,
pedagogical processes, educational practices.
Resumo
Esta pesquisa foi realizada no âmbito de uma
dissertação de mestrado, com uma abordagem qualitativa-quantitativa. O âmbito
da investigação foi descritivo, com o objetivo principal de "analisar os
processos pedagógicos nas salas de aula hospitalares durante a pandemia da
COVID-19". A unidade de análise foi constituída por 13 professores
responsáveis por diferentes salas de aula hospitalares, distribuídos em sete
departamentos do Paraguai: Capital, Central, Itapúa,
Misiones, Concepción, Guairá e Paraguarí. Os
instrumentos de pesquisa utilizados foram entrevistas,
inquéritos e análise documental, que foram aplicados e processados entre março
e maio de 2021. As principais conclusões foram uma notória falta de recursos
tecnológicos, diferentes necessidades de infraestrutura e materiais didáticos;
e, como fator principal, a ausência de formação docente especializada.
Palavras-chaves
Sala de aula hospitalar, recursos
tecnológicos, processos pedagógicos, práticas educativas, professor hospitalar.
1. Introducción
Las aulas hospitalarias son espacios educativos
que se encuentran instalados en los hospitales y que se caracterizan por la
atención a niños, niñas y adolescentes en situación de enfermedad. En Paraguay,
estos espacios ofrecen un servicio compensatorio, de carácter no formal y
dependen de la Dirección General de Educación Inclusiva (DGEI),
del Ministerio
de Educación y Ciencias.
Es indiscutible el hecho de que una
hospitalización supone un quiebre en la rutina diaria, induciendo de alguna
manera a la ansiedad, estrés y al miedo ante lo desconocido. El simple hecho de
estar en una sala de hospital puede convertirse en una situación que ocasiona
frustración e impotencia.
Caballero Soto (2007) concibe al aula
hospitalaria como «el aula que es llevada al hospital con el objetivo de
permitir que los niños y/o adolescentes internados en una institución médica
puedan continuar con sus estudios y cuenten con un espacio de recreación».
Esto no quiere decir, que el aula de un
hospital sea igual al de una escuela tradicional, difiere bastante, porque el
aula se traslada hasta la habitación del niño, debido a su condición de
enfermedad, pero, por supuesto, se pretende que estos espacios sean acogedores,
dignos y cómodos para el niño y que de alguna manera se pueda dar continuidad a
su proceso de aprendizaje.
En el año 2020, en el mes de marzo, se
atravesaba por una situación sanitaria crítica, no solo a nivel nacional, sino
a nivel mundial, por la pandemia del COVID-19, donde la educación se vio
significativamente afectada, esto obligó a buscar otras alternativas y
estrategias para continuar con los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Las aulas hospitalarias se vieron muy afectadas
con la llegada del COVID-19, pues debido a su condición de vulnerabilidad,
lograr la continuidad de la educación en esos espacios se convirtió en todo un
desafío, y más aún en Paraguay, por los escasos recursos que se disponen para
educación, y especialmente en dichos espacios. De hecho, se ha expresado que,
en pandemia:
La enseñanza a
distancia, principalmente la virtual o digital, se implementó masivamente en un
mundo con sisteas educativos que ya estaban
enfrentando distintas formas de violencias y exclusiones [...] Muchas de las
violencias a las que tradicionalmente han estado expuestas las personas en
relación con la educación (o con su falta), seguirán vigentes o, inclusive, se
potenciarán. También sería lógico esperar que surgieran nuevas formas de
violencia y exclusión, como consecuencia de la tan sui generis situación.
(Vallejos y Oviedo, 2022, pp. 161, 169)
A partir de lo expuesto, la investigación se
aboca a analizar los procesos pedagógicos en las aulas hospitalarias durante la
pandemia del COVID- 19, para lo cual se toma a toda la población, es decir, las
trece aulas hospitalarias del país, que cuentan con el servicio de atención
educativa compensatoria, la mayoría concentrada en la Capital y en el
Departamento Central.
2. La
exclusión como forma de violencia
Johan Galtung (2016) dice que «la violencia se
ejerce cuando se disminuye o se excluye totalmente las satisfacciones de las
necesidades básicas de las personas». Es
imposible no mencionar a la violencia cuando hablamos de la situación de
hospitalización de niños y adolescentes, debido a que se podría suponer que de
alguna manera son excluidos y son víctimas de las injusticias sociales, pues
muchas de sus necesidades son atendidas.
Si bien, sabemos que la educación es un derecho
humano fundamental, no siempre este se cumple a cabalidad. En el caso de los
niños y adolescentes en situación de hospitalización, de alguna manera son
excluidos, pues, sí van a hospitales locales, es posible que no cuenten con el
servicio compensatorio. Existen reglamentaciones que los amparan en Paraguay,
pero, solo 13 hospitales en todo el país ofrecen aula hospitalaria, cuando en
realidad, todos ellos deberían contar con un espacio compensatorio, para que más
niños tengan las mismas oportunidades de seguir
estudiando, a pesar de su situación de enfermedad.
En la siguiente figura se
puede observar la distribución de las aulas hospitalarias en Paraguay, las
cuales se concentran en zona Capital y Departamento Central. Se puede observar
que algunos Departamentos no cuentan con ningún tipo de atención compensatoria,
entonces, los niños y adolescentes en situación de hospital de esas zonas no
reciben acompañamiento educativo durante su estadía debido a su enfermedad, lo
que nos indica que son excluidos.
Las aulas
hospitalarias no solo son un espacio para compensar la falta de educación de
una escuela regular, sino que también, ayudan a sobrellevar la violencia
psicológica, física y hasta cultural, tratando siempre de dar un sustento
emocional al niño y a su familia. Oviedo Sotelo (2013), menciona una propuesta
complementaria a la de J. Galtung, agrupando cualquier acto de violencia en uno
de los cuatro conjuntos principales de violencia, denominados: directa,
cultural, estructural y eco(bio)lencia. El primer
grupo, es el más conocido:
La
violencia directa, cuyas expresiones
y consecuencias suelen ser las más visibles. Existen dos modos de practicarla:
a través del daño físico, y mediante
el psicológico o mental. En el
primero se incluyen fenómenos que van desde golpes, patadas y jalones, hasta
guerras, atentados terroristas, etnocidios y lanzamiento de bombas explosivas;
es decir, todo daño, sufrimiento o dolor implícito causado directa y
físicamente a otro. La violencia psicológica, por su parte, se manifiesta en
humillación, maltrato, control excesivo, insultos, acoso, presiones indebidas,
degradación y otras manifestaciones similares y dañinas, pero con la
particularidad de que sus huellas -al contrario de la mayoría de las físicas–
no se ven en el cuerpo, más este hecho no las hace menos dolorosas, dañinas o
destructivas (p. 50).
La violencia estructural es la segunda
forma analizada, misma que:
Alude a
las distintas formas de violencia ejercidas o causadas no por individuos, sino
de manera institucional, o sea por parte de los Gobiernos, la organización
social o política, el sistema socioeconómico y otros actores (organizados o no)
que influyen en las personas en sociedad, especialmente en las condiciones de
vida de las poblaciones y comunidades.
También es denominada violencia institucional o social, e incluso estatal,
aunque no siempre dependa de los Estados. (Oviedo, 2020, p. 19)
Otro tipo, de la violencia cultural, fue
identificada por el mismo Galtung en los años de 1990, cuando:
Se
percataron de que no solo existe violencia directa (física o mental) y
estructural, sino también de otro tipo, la cual se utiliza para o tiene como
resultado justificar otras formas de violencia, legitimarse o practicarlas
simbólicamente. La violencia cultural
puede utilizarse para denigrar, otorgar un estatus inferior o despreciar a otro
ser humano o grupo, ya sea con la intención de explotar, de justificar
injusticias o simplemente de marginar o discriminar. Esto ocurre cuando hay
racismo, xenofobia, marginación, segregación, machismo, sexismo, homofobia o
discriminación, entre otras formas. (Oviedo, 2013, p. 51)
La exclusión es violencia estructural y
cultural, pues muchos niños y adolescentes no pueden continuar estudiando por
condiciones específicas o enfermedad. Cuando la hospitalización se da en
periodos cortos, no hay tanta dificultad con la escuela de origen, toda vez que
el niño esté escolarizado; sin embargo, cuando la estadía en el hospital se
torna larga, es necesaria esa compensación educativa y las aulas hospitalarias
toman un protagonismo único, que permite la continuidad del proceso de
enseñanza aprendizaje, con la ayuda de los docentes hospitalarios. Es
importante mencionar que muchas veces la labor docente se ve afectada debido a
las condiciones, es decir, la falta de recursos y materiales que permitan un
adecuado acompañamiento para los niños y adolescentes en situación de
enfermedad.
Figura 1
Aula hospitalaria del Hospital
General Pediátrico
«Niños de Acosta Ñú»

En la Constitución Nacional, en su
Capítulo VII, se menciona que todas las personas tienen derecho a la educación
integral y permanente, sin embargo, hasta el momento no se ha podido incluir a
todos en ese derecho, porque a pesar de estar muy en auge la inclusividad, se
sigue excluyendo de manera recurrente, y lo que es peor, con niños y
adolescentes que no tienen alternativas, pues, sus condiciones de enfermedad ya
lo vuelven vulnerable y la discriminación y exclusión, lo convierten es una
víctima inevitable de la violencia estructural.
3. Características
de las aulas hospitalarias
En Paraguay, el servicio compensatorio de aula hospitalaria
empieza a funcionar en el 2009, dos hospitales son los pioneros en iniciar esta
nueva tarea de educar en un contexto de hospital. En forma gradual, se van
sumando más hospitales que ofrecen el servicio en los años siguientes.
El Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), en aquel entonces
denominado Ministerio de Educación y Cultura «Reconoce el funcionamiento del
espacio educativo aula hospitalaria en los hospitales públicos en forma gradual
que atiende a niños, niñas y adolescentes con largos períodos de internación»
según Resolución N. º 4256 del 2009.
En el año 2018, se aprueba la Resolución
N.º 22715, Reglamento para la
implementación del Servicio de Atención Educativa Compensatoria (SAEC), en los
espacios educativos de hospitales, centros abiertos, centros comunitarios,
hogares y albergues de gestión pública, privada y privada subvencionada del
país, por el ministro de educación y ciencias, el Dr. Raúl Aguilera.
Esta reglamentación para la implementación del Servicio de
Atención Educativa Compensatoria (SAEC), rige para todos los hospitales,
centros abiertos, centros comunitarios, hogares y albergues dentro del
territorio nacional que lo efectúen.
Figura 2
Aula hospitalaria del Hospital de
Clínicas

La atención pedagógica dentro de un contexto hospitalario es
personalizada, de carácter flexible y se tienen en consideración las
necesidades propias de la salud del niño, sin embargo, el docente debe lograr
que el niño aprenda y que sea capaz de reinsertarse a su escuela de origen, una
vez terminada la estadía en el hospital. Al respecto, Ariza (2014) plantea:
Que se
deben adoptar distintas alternativas, e ir buscando logros diferentes en
función a los niños, también, en función de su situación médico-sanitaria,
psicológico-afectiva, social-escolar. Para ello, plantea una serie de objetivos
en función a las necesidades educativas de cada niño:
● Trabajar
la participación del niño en su enfermedad y en la recuperación de la salud.
● Crear un
clima afectivo, estimulante y de relación en el que cada niño sea aceptado y acepte a los demás.
● Ofrecer
al niño la adecuada atención psicopedagógica que posibilite su desarrollo
integral.
● Motivar a
los alumnos en la utilización de las TIC como medio de autoformación y de
apoyo; así como favorecer la coordinación con el centro educativo de referencia
y la comunicación entre el alumnado de este y las
aulas hospitalarias.
● Continuar,
en la medida de lo posible, el proceso de enseñanza aprendizaje en el nivel
correspondiente del paciente alumno.
●
Llevar a cabo la práctica
del juego pedagógico como aprendizaje.
Figura 3
Aulas hospitalarias: capital y 6
Departamentos de Paraguay

Capital (3 aulas)
1- Hospital
Central del Instituto de Previsión Social
2- Hospital
de Trauma Manuel Giagni
3- Centro
Nacional de Prevención y Adicciones
Central (4
aulas)
4- Hospital
de Clínicas (San Lorenzo)
5- Hospital
General Pediátrico Niños de Acosta Ñú
6- Hospital
Nacional de Itauguá
7-
Instituto Nacional de Cáncer
Itapúa (2 aulas)
8- Hospital
Regional de Encarnación
9- Hospital
Distrital de Coronel Bogado
Misiones (1 aula)
10- Hospital Regional San Juan Bautista
Concepción (1
aula)
11- Hospital Regional de Concepción
Guairá (1 aula)
12- Hospital Regional de Villarrica
Paraguarí (1 aula)
13- Hospital Regional de Paraguarí
Nota. Elaborado a partir de los datos proveídos por la Dirección General de Educación Inclusiva del MEC (2020).
Cada
niño tiene una necesidad diferente, por lo tanto, el docente se ve obligado a
buscar estrategias adecuadas para lograr que el proceso de enseñanza
aprendizaje se dé sin importar las condiciones, es decir, el docente necesita
motivar al niño para que su proceso de aprendizaje no se vea afectado por lo
emocional, esto, implica lograr una atención adecuada, en donde el niño se
sienta cómodo y acompañado.
El docente hospitalario, desarrolla su trabajo en un extenso
ámbito de actuación, procurando atender a la diversidad de niños y adolescentes
que se encuentran en situación de hospitalización, algunos inclusive, con
necesidades educativas muy específicas. «Los docentes actúan no solo como formadores, sino que además deben ser agentes
motivadores, que deben innovar, empleando estrategias pedagógicas que fomenten
la creatividad de estos niños» (Reyes, Martín y Navarro, 2018, p. 3).
Los niños tienen características muy diversas, por lo cual, es
necesario que las actividades educativas se adecuen al caso de cada niño. El
método utilizado por los docentes puede ser de acuerdo con la necesidad
de cada niño, según su realidad y situación de hospitalización, no se rigen estrictamente por el currículum, en todo
momento están realizando adecuaciones curriculares.
El
docente es un educador que debe inventar cada día nuevas estrategias, a veces
sentado en el suelo, al lado de una butaca en una sala de tratamiento, o de pie
al lado de una cama, en una habitación del hospital. (Cardone y Monsalve, 2010,
como se citó en Serradas Fonseca, 2015, p. 42)
Entonces, está claro que
el rol del docente hospitalario juega un papel sumamente importante porque
trabaja con niños que pasan por una situación de vulnerabilidad, víctimas de alguna enfermedad, y esa situación los convierte en
seres más sensibles, y el docente debe actuar no solo como educador, sino,
además, como un agente motivador, creativo, innovador, dinámico, activo y
afectuoso, de manera a lograr esa conexión necesaria para trabajar con el niño
hospitalizado.
Con relación a las cualidades que un pedagogo o docente
hospitalario debería contar, Lizasoáin (2016) las
resume de esta manera:
● Autenticidad
y naturalidad.
● Calidez
humana, tacto y sensibilidad.
● Capacidad
empática y de comunicación.
● Confianza
en las posibilidades del otro.
● Exigencia.
● Flexibilidad,
capacidad de adaptarse al otro y a sus circunstancias, pero sin abandonar sus
propias convicciones ni valores.
● Fortaleza,
ánimo por superarse y ayudar a superarse sin dejarse vencer por las
dificultades.
● Independencia,
no crear dependencia afectiva en el educando.
● Intencionalidad,
deseo expreso y consciente de querer ayudar.
● Optimismo,
sentido del humor, alegría, positividad.
● Realismo,
objetividad, sin caer en la idealización del otro y sin sobrevalorar las
propias capacidades como agente de ayuda.
● Respeto
por el educando.
●
Sentido común.
Figura 4
Aula hospitalaria del Hospital
Central del Instituto de Previsión Social

El
docente hospitalario se ve envuelto en una tarea que demanda un montón de
competencias y, sobre todo, el desarrollo pleno de su inteligencia emocional,
porque debe estar preparado para lidiar con situaciones sensibles a diario.
4. Intervenciones
pedagógicas en las
aulas hospitalarias
Las intervenciones
pedagógicas, buscan aminorar las dificultades académicas causadas por ese
desprendimiento de la escuela de origen, evitando que el niño o adolescente se encuentre en un
estado de desventaja, por la falta de acompañamiento en su vida educativa.
Debemos tener bastante claro
que en las aulas hospitalarias se enseña de acuerdo con la realidad de cada
niño o adolescente, no necesariamente se ciñe a un currículum, el proceso de
enseñanza puede diferir de acuerdo con las condiciones y necesidades que estos niños presenten.
Además, las intervenciones no siempre son
en una sala donde se reúnen varios niños para aprender, a veces, cuando la
situación de enfermedad del niño le imposibilita la movilidad de su habitación,
el docente es quien va hasta la cama del niño para enseñarle.
El flujograma (ver: figura 2), sintetiza
el trabajo que realizan las docentes en las aulas hospitalarias, en Paraguay:
Cuando el niño ingresa a un hospital que cuenta con servicio compensatorio, se
registra sus datos en una ficha y se realiza un diagnóstico para conocer sus
antecedentes académicos y de acuerdo con eso se elabora un plan de trabajo y
seguimiento. Según su condición médica puede estudiar en una sala de clases
hospitalaria o desde su habitación. Finalmente, si el niño está escolarizado,
se remite a su escuela de origen un informe de sus avances, una vez que tenga
el alta, si no está escolarizado, se remite un informe a la Dirección
Departamental.
Figura
5
Flujograma de trabajo en las aulas
hospitalarias de Paraguay

Nota. Tomado de la Guía de apoyo pedagógico (Dirección General de Educación
Inclusiva, 2020, p. 43).
La educación compensatoria en los
hospitales se rige por los programas de estudio oficiales del MEC, pero cada
aula hospitalaria, a través de sus docentes realizan las adecuaciones
necesarias de acuerdo con las características de la población a su cargo.
Las planificaciones se realizan de manera
trimestral, acompañado por proyectos que abarcan las diferentes áreas de
conocimiento y considerando el nivel académico
de la población atendida. Se basa en competencias y en cuanto a la metodología de trabajo
se resalta lo lúdico- juegos, expresión plástica, el arte, la música y otras
estrategias.
Figura
6
En el aula hospitalaria del Hospital Regional de Villarrica

Las evaluaciones se realizan a través de
un informe sobre el proceso enseñanza aprendizaje, teniendo en cuenta:
1- Paciente alumno escolarizado:
el docente eleva un informe cualicuantitativo del
proceso a la institución educativa de origen a fin de que sea reconocido y
continúe su estudio.
2- Paciente alumno no
escolarizado: se realiza un informe de sus avances y se tiene en cuenta dos
variables importantes: por un lado, el aprendizaje y por el otro lado, el
aspecto socioafectivo.
Las aulas hospitalarias requieren de mucho contacto entre
el docente y el paciente alumno y con la pandemia se tuvo que replantear la
forma de trabajo, es decir, las intervenciones no podían ser las mismas.
Las TIC brindaron una serie de beneficios en el proceso de
enseñanza y aprendizaje, durante el aislamiento social, ya que estas
permitieron el uso de aplicaciones educativas y los encuentros sincrónicos a
través de plataformas digitales.
Al respecto, Martí (2017) menciona que «las TIC están
permitiendo ofrecer una formación de calidad a una amplia variedad y cantidad
de personas, en cualquier momento e independientemente del lugar donde las TIC
se encuentren», es indiscutible que los avances tecnológicos, han permitido dar
ese gran salto cualitativo, facilitando nuestras vidas enormemente y
permitiéndonos el desarrollo de diversas actividades.
Sin embargo, es importante resaltar algunas dificultades
que se presentaron con la educación virtual, en especial para los niños en
condición de hospital:
●
La
baja participación de los niños y adolescentes.
●
El
escaso o bajo apoyo de los padres en la educación de sus hijos.
●
Los
problemas de conectividad (en unas regiones más que en otras).
●
La
falta de recursos electrónicos en los hogares y en las aulas hospitalarias.
●
La
dificultad de manejar recursos tecnológicos y aplicaciones educativas.
Si bien, en todo el país la modalidad educativa cambió
drásticamente, de lo presencial a lo virtual, en las aulas hospitalarias no fue
posible trabajar de esta manera, al menos no al 100 %, de hecho, la mayoría de
los espacios compensatorios continuaron sus actividades en forma presencial,
pero, con sus propias particularidades:
●
Los
docentes preparaban los materiales y acercaban a los niños hasta la puerta de
su habitación.
●
Los
materiales eran retirados del mismo lugar, después de un determinado tiempo.
●
En
algunos casos, se logró trabajar a través del celular, utilizando la aplicación
de WhatsApp.
La pandemia, nos demostró que no estábamos preparados para
enfrentar este tipo de situaciones, existieron factores que hicieron muy
difícil la tarea de educar en la virtualidad, en las aulas hospitalarias, en
particular, se pueden
mencionar algunos: la falta de recursos tecnológicos, la falta de acceso a Internet y la falta de formación a los
docentes para el manejo y
uso de dichos recursos tecnológicos.
5. Metodología
La
metodología utilizada en este estudio es el enfoque cualicuantitativo, con un alcance descriptivo. La unidad de
análisis está constituida por 13 hospitales
del país, distribuidos en el territorio nacional, con un total de 39
profesionales docentes, como muestra se
trabajó con la totalidad
de la población, sin embargo, 3 de ellos no participaron por encontrarse en
situación de enfermedad al momento del relevamiento de datos. Cabe mencionar que, de los 36 docentes participantes, solo
2 de ellos son varones.
Las
técnicas e instrumentos para la recolección de datos: la entrevista, con una
guía de preguntas abiertas; la encuesta, a través de un cuestionario de Google Forms y
el análisis de documentos legales (resoluciones,
reglamentaciones, etc.).
La guía de entrevista estuvo validada por 3 especialistas
expertos y la encuesta pasó por una prueba piloto, realizada a poblaciones con
características similares; a exdocentes de aulas hospitalarias locales y a
docentes hospitalarios extranjeros de Colombia y Argentina.
Para la implementación de los instrumentos mencionados, se
solicitó los permisos correspondientes a la Dirección General de Educación
Inclusiva del MEC, quienes autorizaron la aplicación de dichos instrumentos de
manera virtual, debido a la situación de pandemia.
Las entrevistas se realizaron en fecha, hora y previo
acuerdo con los docentes a través de las plataformas Zoom y Google Meet.
La encuesta se envió por correo electrónico y WhatsApp.
6. Resultados
Con
relación al desarrollo de las
prácticas educativas en las aulas hospitalarias en Paraguay, la modalidad de trabajo predominante
fue la modalidad presencial, indistintamente de la situación de pandemia, solo
en algunos casos se pudo lograr la modalidad virtual. Según la encuesta
realizada a través de un formulario, el 89 % de las aulas continuaron sus
actividades en forma presencial y solo el 11% en forma virtual, del 89 %; solo
39% utilizaban la modalidad híbrida, de manera esporádica.
Debido
a la falta de recursos tecnológicos, especialmente, por parte de los niños
hospitalizados, fue difícil y hasta imposible desarrollar clases de manera
virtual, se tuvo que desarrollar las clases en forma presencial, el docente,
desde la puerta de la habitación del niño realizaba las explicaciones
correspondientes y dejaba el material allí, de manera a evitar el contacto
cercano con el niño.
Por
otra parte, se indaga sobre la utilización de recursos tecnológicos por parte
de los docentes durante el aislamiento social, en este punto, es importante
mencionar que no todos los espacios compensatorios contaban con dichos
recursos.
Figura 7
Utilización de herramientas
tecnológicas

La
encuesta arrojó datos relacionados a los recursos tecnológicos más utilizados
por los docentes, y como podemos observar más abajo, el 56 % de los docentes
utilizó en forma permanente el celular como un medio de comunicación y de envío
de tareas, la impresora fue otro recurso bastante utilizado, debido a que las
tareas se imprimían y se acercaban hasta la habitación del niño.
Figura 8
Principales dificultades en las
aulas hospitalarias

El
58 % de los docentes utilizó computadoras de manera esporádica, para la
elaboración de materiales y no así para encuentros sincrónicos. Los recursos
tecnológicos menos utilizados o no utilizados fueron las tabletas y los
proyectores multimedia.
Cada
espacio contó con sus particularidades, dependiendo de la población atendida,
es decir, tomando en cuenta las patologías y los tratamientos médicos de los
niños asistidos.
Las
tareas de los docentes, era la realización diaria de un relevamiento de datos,
de manera a llevar un control de la cantidad de niños internados y de sus
necesidades académicas, de acuerdo con eso, se elaboraron los materiales y el
plan de trabajo.
Respecto
a las dificultades de las aulas hospitalarias durante la pandemia, con relación
a la virtualidad, las docentes mencionaron que la falta de recursos
tecnológicos y los problemas de conectividad son solo unas de las tantas
necesidades que aparecieron, también a esto, se sumaron los escasos materiales disponibles
y la falta de capacitaciones para un mejor abordaje del proceso de enseñanza
virtual en contextos hospitalarios.
En
lo que respecta a las experiencias de los docentes, en su mayoría, han
comentado que al principio no fue fácil, pero que poco a poco se fueron
adaptando y comprendiendo mejor cómo debían desenvolverse dentro de los
espacios compensatorios, porque ingresaron a trabajar sin capacitaciones
previas y tuvieron que aprender sobre la marcha el manejo de la pedagogía
hospitalaria.
7. Discusión final
Los espacios hospitalarios son contextos
que permiten una forma diferente de educar, respetando el derecho humano a la
educación de los niños y adolescentes. En
este aspecto es imposible no mencionar que son un servicio
compensatorio que no llega a todos los rincones del país, el Paraguay se divide en 17
departamentos, de los cuales solo 7 de ellos ofrecen el servicio en algunos
hospitales, en el territorio chaqueño, no hay ni un solo hospital que cuente con el servicio. Estas son algunas
falencias que saltan a la vista y que nos
demuestran el estado de vulnerabilidad de los niños y adolescentes en situación
de hospitalización en el país.
El docente, es un actor clave en el
seguimiento del tratamiento médico del niño y adolescente hospitalizado,
porque su papel es sumamente significativo para la construcción del
aprendizaje, convirtiéndolo en un sostén
emocional para el niño. (Cardone y Monsalve,
2010, como se citó en Serradas Fonseca, 2015),
mencionan que «un educador debe inventar cada día nuevas estrategias, a
veces sentado en el suelo, al lado de una butaca en una sala de tratamiento, o
de pie al lado de una cama en una habitación del hospital» (p. 42).
Las intervenciones o prácticas educativas en un aula hospitalaria son sin duda espacios totalmente diferentes al manejo de una escuela
regular, ya que, en estos contextos es muy común la adaptación de los contenidos según las
necesidades de cada niño, optando por estrategias creativas que ayuden a
aprender, muy a pesar de las circunstancias.
Abordar las necesidades de los niños y adolescentes en
situación de vulnerabilidad, implica sumergirnos en la historia de vida
personal de cada uno y buscar la manera de compensar su rutina normal. Al
respecto Lizasoáin y Polaino
(1998, como se citó en Bobadilla Pinto, 2013) mencionan que «la enseñanza
escolar en los hospitales humaniza más la estancia del niño, y contribuye,
también a prevenir los posibles efectos negativos que el tratamiento médico y
el propio hospital pueden originar» (p. 20).
Con la pandemia, se evidenciaron varias debilidades de la educación
hospitalaria en Paraguay, empezando por la falta de recursos tecnológicos, dichos
recursos, eran más que necesarios para abordar las
clases en modalidad virtual o por lo menos facilitar las tareas en la modalidad
híbrida.
Debido a estos inconvenientes, de forma
gradual, se fue optando por volver a la presencialidad, de manera a salvaguardar la
continuidad del proceso de enseñanza aprendizaje de niños y adolescentes
hospitalizados. Es importante destacar las
habilidades y la creatividad de los docentes
hospitalarios de Paraguay, pues, a pesar de
todas las dificultades y limitaciones tecnológicas, pudieron continuar con
su loable labor.
La pedagogía hospitalaria, es considerada un acto de amor,
servicio, empatía, carisma y de mucha entrega, lo que se vio reflejado en las
tareas diarias que fueron realizadas por los docentes hospitalarios durante la
pandemia, porque, de alguna manera crearon un clima de contención a pesar de la
difícil situación vivida por el aislamiento social.
Las aulas
hospitalarias en Paraguay requieren de una mayor atención, es decir, docentes
más cualificados para trabajar en esos espacios, al mismo tiempo, mejorar los
recursos disponibles, para así lograr un mejor servicio, pero, no podemos dejar
de apreciar el trabajo que se ha venido haciendo, teniendo en cuenta, que la
mayoría de los docentes hospitalarios fueron construyendo sus conocimientos, a
través de sus vivencias, con errores y aciertos, creciendo profesional y
emocionalmente.
Por todo esto, se debe considerar el bienestar del docente
hospitalario, porque las condiciones de su trabajo implican situaciones de
mucha carga emocional. El acompañamiento, a través de asistencias psicológicas
o grupos de autoayuda son necesarias para lograr el fortalecimiento del
equilibrio emocional del educador hospitalario. Teniendo en cuenta este último
aspecto mencionado, podemos concluir que es necesario ahondar en profundidad
sobre el bienestar emocional del docente hospitalario y no solamente en su rol
de educador.
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Autoras
Liz María Vallejos Aranda
Es licenciada
en Análisis de Sistemas Informáticos (2010), estudió la Capacitación en
Didáctica Universitaria en el 2015, culminó la Maestría en Investigación
Educativa en 2021 y el Curso de Habilitación Pedagógica en 2023. Actualmente es
doctoranda en Educación, por el Instituto Nacional de Educación Superior Dr.
Raúl Peña (INAES). Se desempeña como secretaria académica, docente, tutora y
miembro de mesas examinadoras de trabajos finales de grado en el INAES. Su
línea de investigación es Educación para la paz y el desarrollo sostenible.
Mariela Domínguez
Es psicopedagoga,
estudió Didáctica Universitaria en 2020, realizó especializaciones en educación
inicial y educación inclusiva. Culminó la Maestría en Investigación Educativa
en 2021 y actualmente es doctoranda en Educación por el Instituto Nacional de
Educación Superior Dr. Raúl Peña (INAES). Se desempeñó desde 2009 hasta 2019
como docente de aula hospitalaria; actualmente es terapeuta del Centro
Terapéutico «Vivir jugando» para niños con TEA, dependiente del Ministerio de
Salud Pública y Bienestar Social. También es docente catedrática y educadora
comunitaria. Su línea de investigación es: «Educación para la paz y el
desarrollo sostenible».
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obra se publica bajo licencia:
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ISSN-L 2224 7408
eISSN 3078 4913
[1] Este artículo es resumen
de la tesis de maestría: «Abordaje de los procesos pedagógicos en las aulas
hospitalarias durante la pandemia del Covid-19», defendida por las autoras en
2021 en el INAES (Asunción del Paraguay).